Al poco tiempo de que mi esposa me dejo, me sorprendí al recapitular cada momento perdido que en mi mente habitaba, cada sonido, recuerdo roto, promesas que nunca cumplí, como la de nunca apartarme de ella, sintonizaba sus latidos comparandolos con un reloj de bolsillo que cargaba a diario para tomar en cuenta cuantos segundos llevaba sin ella, estaba perdido, mi identidad se fue perdiendo poco a poco en el interior de mi alma ya difunta por su ausencia, se fue descuidando mi cuerpo al sentir que ya no servía, ya no era venerado por un demonio cruel lleno de frías intenciones, bien dice la frase: “la unión hace la fuerza”. Pero al escritor famoso cuyo nombre no recuerdo olvido decir también: “… y la pederastia, y la hipocondría, y la auto condolencia mental, y un sinfín de cosas que impiden al hombre ser feliz”, que desdicha esta frase que causa un vacío interior de amargura, casi recuerdo mis pensamientos obscuros que me llegaban al ver a mi ex-amada. Me parece que fue ayer cuando esperaba sus letras escritas en mi teléfono, sentado en mi maquina enorme de escribir empezando a relacionar esta larga historia con las letras… o difunta amada mía, ¿por que me has abandonado?, tarde o temprano lo superaría, la gente solo escribe lo que piensa pero cuando lo dice no lo es fácil, ¿no logran plasmarlo en palabras? Si me preguntaran en persona que es lo que me pasa, yo diría un sinfín de cosas que me ocurren a cada rato, cosas ciertas y largamente explicadas, no todo el mundo habla como el mundo restante… hay que ser explicativos.
Sentado en la frontera de las gotas de una hoja al reflejo de la luna encima de un lago con piedras rojas en la superficie, me preguntaba ya hace unos instantes: ¿Por qué todas las personas creen que soy extraño?, siempre he pensado que todos tienen distintas formas de expresar su “yo interior”, como lo que me paso a mi hace unas semanas, fui sancionado por no saber hablar bien con mi profesor de Química, el idioma químico es un tanto complicado como los caudales de la selva, igual de fríos, y cubiertos con despeza neblina. Me he tratado de burlar de la gente por ser igual, robotisada y sin sentíres, aún cuando ellos se burlan de mi por ser extraño. Tiempo después, adaptandome a sentir caídas como estas de insulto a mi persona, pero una vos con rasgo femenino dijo a mi oído:
"si no crees en ellos, ¿por que deberías de creer en ti?". Justo después fue cuando me respondí, ya que sabía que esa vos que se emanaba sola, cuya dulzura podía escuchar solamente mis oídos. Dije.
"Mirándome desde que la memoria me acompaña, se que fue el tiempo que pasé como estrella fugaz."
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